Formas NO convencionales de comunicación

Desde que nacemos la necesidad de comunicación forma parte de nuestras vidas, aunque no siempre se produzca de manera convencional. Formas banales, pero que día a día toman fuerza y dureza en el ámbito de expresión y comunicación; tales formas parten a veces de la simplicidad de un grafiti, pasando por el arte, la técnica y los referentes tribales de un tatuaje o algo tan controversial como fenómeno social y de masas como la moda.

Según Riviere, quién define la comunicación como todo proceso de interacción social por medio de símbolos y sistemas de mensajes. Incluye todo proceso en el cual la conducta de un ser humano actúa como estímulo de la conducta de otro ser humano. Puede ser verbal, o no verbal, interindividual o intergrupal.

Aunado a lo expuesto, también es válido  aceptar la existencia de otras formas no convencionales de comunicación, en este siglo a la prevalencia de la palabra escrita lidera, gracias a los smatphones. Aunque, también han surgido formas de expresión en espacios convencionales.

Dentro de esta categoría, cabe mencionar el fenómeno de el grafiti, que viste las calles con significado y libertad y que han trascendido los espacios urbanos para apoderarse y empoderarse, para obviar las leyes que lo penalizan, se erigen entonces convertidos por obra y gracia del manto del arte urbano en una cultura, un estilo. En cada cuadra hay algo representativo del conocimiento humano, política, religión, un pensamiento prestado, una dedicatoria, una noticia individual que se colectiviza. Una calle cualquiera, con una pared sin un grafiti; es un vacío, ausente de realidad. 

Es un arte callejero, con compromiso público. Arte y compromiso, los cuales fusionados forman  "artivismo";  el cual tiene como objetico tiene el objetivo de aproximarse al gran público y hacer que éste participe en el propio arte reivindicativo y activista, así como pretende aumentar la conciencia pública colectiva frente a las actuaciones y situaciones insostenibles y socialmente injustas. Los grafitis, trasladan a la realidad en un golpe de vista.

Asistimos también al fenómeno ya colectivizado de otra forma de comunicación que usa el cuerpo como espacio que son los tatuajes, los cuales representan algo más que tinta, representan vivencias, experiencias, recuerdos, momentos, cosas u objetos simbólicos. Un tatuaje, es una cicatriz; tinta inmortalizada en la piel. Esta forma de arte es aceptada en todas partes del mundo, más allá de sus valoración antropológica ha pasado a ser parte de la vida de muchos individuos y podemos decir que ocupan espacio cada vez mayores en las sociedades que lo revalorizan como una forma de expresión artística…la piel humana se vuelve lienzo.

Junto al tatuaje que cubre la piel emerge la vestimenta, un fenómeno de masas que a través del término “moda”; hace acto de presencia. Ya no solo significa lo que está en boga, lo que más se usa y que se refería a cualquier objeto o pensamiento que tuviese esa cualidad o función, “la moda” se ha establecido como referencia al vestuario además que sigue siendo sinónimo de lo que debe obligatoriamente usarse.

La moda se ha convertido en un factor más dentro del fenómeno de la comunicación. A través de ella se habla, transmite y se dice el cómo se quiere ser tratados, vistos y valorados frente y por los demás, se expresa la personalidad, gustos y estados de ánimo. Cabe destacar que el vestuario en la historia ya tenía sus propias definiciones como fenómenos de trasmisión de ideas, ya que de haber tenido un origen utilitario, paulatinamente fue adquiriendo relevancia en cada etapa de la historia. Es así como en sociedades como la Egipcia tenía un gran valor simbólico y comunicacional en cuanto a los grupos sociales, estatus religioso y político a los cuales se pertenecía, también en la edad media y el renacimiento marcaron las diferencias sociales y políticas… para muchos estudiosos de la cultura, las economías mundiales suben y bajan y con ellas el largo de la falda…

 

Para la diseñadora Vivienne Westwood, quién próximamente lanzará un libro biográfico la moda es: “Arte viviente que exige imaginación creativa y resurgimientos”. Otra definición según, Tom Ford modisto: "La moda es todo. Arte, música, diseño de muebles, diseño gráfico, el pelo, el maquillaje, la arquitectura, la forma en que se ven los automóviles -.Todas esas cosas van de la mano para hacer un momento en el tiempo, y eso es lo que me emociona".

En una entrevista para el diario “El Litoral”, la docente y periodista, Georgina Lacube dio herramientas destinadas a diseñadores, estilistas, publicistas, medios y, como ella, amantes de la moda. Entre los contenidos, se menciona: cómo se comunica la moda en los medios gráficos femeninos, en las agencias de prensa, en las redes sociales y en las marcas; el rol de los agentes de la moda.

La moda, se ha visto como una forma ambigua y superficial. Pero esta viene desde tiempos ancestrales, es el reflejo de la evolución del hombre. Es un fenómeno social, que retrata a un pueblo. La moda, es algo más; es estilo, personalidad, ideología y representación. Ha estado presente en todas las realidades humanas. La moda es un medio de comunicación. La moda comunica el sentimiento de la sociedad en las propuestas de los diseñadores y las marcas. Se nutre con el arte, y se conforma en arte mismo.

Ha rebasado sus propios límites, donde la imaginación creativa se relaciona con la tradición y con los medios tecnológicos para llegar a convertirse en una de las industrias que más dinero moviliza y produce.

A través de la moda, se transmite y recibe. A diario, las personas son victimas de al menos 3000 impactos publicitarios, diarios. Los cuales van desde lo más cotidiano como una pasta de dientes, hasta el perfume o comida. La moda sale a la calle y a ella deben acceden todas las clases sociales. Es histórica y memorable. La historia más que definirse e identificarse como objeto, por los hechos en sí, se estudia desde el ámbito de lo que estaba de moda. Y desde allí trascender a comprender la evolución humana.

La moda se manifiesta entonces desde lo individual, en la idea que surge de un diseñador cualquiera, hasta llegar convertirse en símbolo de un colectivo…lo que se piensa, por lo que se lucha, lo que se persigue. La moda convertida en fenómeno publicitario arrollador y tan sólo queda dejarse arrollar para no morir socialmente hablando en el intento de ir contra ella.

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